Guia sobre Diabetes Tipo 2
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La diabetes tipo 2 constituye una de las enfermedades crónicas más extendidas entre la población y es, además, la clase más común de diabetes. Esta dolencia se caracteriza por la presencia de un alto nivel de azúcar en la sangre y por ser de lento desarrollo en el tiempo.
El páncreas es el encargado de producir y liberar una hormona natural llamada insulina. Su misión es ayudar a transportar el azúcar del torrente sanguíneo a las células de todo el cuerpo para ser utilizada como energía. La diabetes tipo 2 provoca resistencia a la insulina: el organismo ya no la utiliza de manera eficiente y el páncreas deber realizar un gran esfuerzo para fabricar mayor cantidad. Con el transcurso del tiempo se dañan las células del páncreas y eventualmente este órgano puede verse afectado hasta el punto de no poder generar más insulina.
Cuando no hay suficiente producción de insulina o cuando esta no es usada apropiadamente, la glucosa comienza a acumularse en la sangre y no llega a las células ni a los órganos, por lo que el cuerpo se ve, entonces, privado de energía. Todavía no se puede precisar con exactitud cuál es el desencadenante de este problema, aunque la predisposición genética, la obesidad y el sedentarismo son considerados disparadores de la diabetes tipo 2. La grasa corporal, en especial aquella localizada alrededor de la cintura, impide la correcta utilización de la insulina.
Síntomas
Cuando la glucosa no logra llegar a las células del cuerpo, debido al déficit o uso ineficiente de la insulina, el organismo comienza a obtener la energía que necesita de sus tejidos, músculos y órganos. Si bien este tipo de diabetes es de desarrollo muy lento y ofrece síntomas débiles y fáciles de ignorar durante las primeras etapas, algunas de sus manifestaciones más habituales son las siguientes:
- hambre constante
- sed excesiva
- fatiga
- micción frecuente
- picor en la piel
- visión borrosa
- pérdida de peso
Conforme la diabetes tipo 2 va progresando y los niveles de azúcar en la sangre se mantienen altos durante mucho tiempo, los síntomas se agravan, pudiendo incluir:
- heridas de cicatrización lenta
- infecciones causadas por hongos
- desarrollo de pie diabetico con dolor y heridas en los pies
- neuropatías
- problemas cardíacos
Factores de riesgo de la diabetes tipo 2
Aunque la ciencia aún no ha logrado identificar las causas exactas de la enfermedad, sí es posible afirmar que existen ciertos factores que aumentan el riesgo de padecerla. La obesidad es una de ellas, ya que el exceso de tejido graso -especialmente el que se localiza en el abdomen- provoca una mayor resistencia a la insulina.
Si al sobrepeso se le añade el sedentarismo, el peligro aumenta pues la glucosa es utilizada al ejercitar regularmente y, además, la actividad física ayuda a mejorar la respuesta de las células a la insulina. Sin embargo, se trata de condiciones que pueden modificarse mediante cambios de hábitos de alimentación y práctica de deportes.
Existen, además, otros factores de riesgo sobre los cuales el paciente no tiene control alguno. Son aquellos relacionados con la edad -ya que a partir de los 45 años la predisposición aumenta- y la raza, ya que se ha demostrado que en caucásicos hay menor incidencia de diabetes que en latinos y afroamericanos, por ejemplo. Padecer diabetes gestacional o síndrome de ovario poliquístico expone a un mayor peligro a las mujeres. La herencia familiar cumple, asimismo, un rol importante en la aparición de este tipo de diabetes.
Prevención
No siempre es posible prevenir la aparición de la enfermedad, ya que, como mencionamos en el apartado anterior, algunos de los factores de riesgo escapan al control del enfermo. Sin embargo, hay medidas que pueden tomarse para retrasar e, incluso, evitar el padecimiento de la diabetes tipo 2. Los cambios en el estilo de vida son fundamentales en la prevención de esta dolencia. Seguir una dieta equilibrada y realizar actividad física regularmente ayuda a controlar el peso corporal, manteniendo adecuados niveles de azúcar.
La dieta debe incluir carbohidratos ricos en fibras y nutrientes, ácidos grasos omega 3 y grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. También deben consumirse productos lácteos desnatados, cuidar la cantidad de alimentos que se ingieren y respetar los horarios de las comidas.
Practicar deportes aeróbicos diariamente y mantenerse lo más activo posible complementará el plan nutricional para lograr el control de peso y prevenir la diabetes 2.
Dieta
Hemos hablado de la importancia de la dieta para mantener niveles saludables de azúcar en la sangre y controlar el peso. El plan alimentario recomendado para aquellas personas que padecen diabetes tipo 2 es fácil de seguir y se basa en respetar algunos lineamientos clave. Resulta de gran importancia cumplir con los horarios establecidos para comer y consumir porciones moderadas. Es recomendable escoger alimentos de alto valor nutritivo, ricos en vitaminas y minerales y de escasa cantidad de calorías vacías. Entre los hidratos de carbono se aconseja optar por aquellos que aporten fibras, tales como granos enteros, legumbres, verduras frescas y frutas de estación.
El atún, las sardinas, el salmón y el bacalao proveen de omega 3, muy necesario para el cuidado del corazón. La pauta nutricional del diabético debe, asimismo, incluir grasas saludables, como las contenidas en los aceites de oliva y de canola, en frutos secos, como las nueces y las almendras y en el aguacate. El consumo debe ser moderado, ya que se trata de alimentos muy convenientes, pero portadores de gran cantidad de calorías. Deben evitarse los fritos, las lácteos ricos en grasas, las bebidas azucaradas y los productos procesados.
Complicaciones de la diabetes tipo 2
Esta enfermedad puede provocar numerosas complicaciones de salud, debido a que es capaz de afectar prácticamente todos los órganos del cuerpo humano. Es responsable de desencadenar enfermedades cardiovasculares, tales como hipertensión arterial, estrechamiento de arterias, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
También genera daño e insuficiencia renal, así como deterioro de la visión, glaucoma y cataratas. Pueden presentarse, además, complicaciones, tales como infecciones cutáneas, neuropatías y dificultades en la cicatrización de heridas.
Asimismo, la diabetes tipo 2 puede conducir a cuadros de hipoglucemia e hiperglucemia, afectando de distintas maneras la calidad de vida del paciente. Por otra parte, esta dolencia es causante de problemas durante el embarazo y el parto, pudiendo, incluso, incidir negativamente en la salud del bebé.
Diagnóstico
Existen tres pruebas diagnósticas para medir el nivel de glucosa en sangre: la medición de glucosa plasmática en ayunas (GPA), el examen oral de tolerancia a la glucosa (OTG) y la medición de hemoglobina (A1C).
Cuando la diabetes tipo 2 es identificada tempranamente existen mayores probabilidades de retrasar la aparición de las complicaciones más severas derivadas de esta enfermedad. Los resultados de las acciones destinadas a evitar la progresión de esta dolencia siempre dependen del tiempo transcurrido desde su aparición hasta su detección, por lo que el diagnóstico precoz es de gran importancia. El endocrinólogo especialista en diabetes es el profesional más indicado para tratar y controlar esta condición médica.